Una
vez hayamos dispuestos las susodichas cremas, vamos a dejar que
reposen durante una hora, fuera del frigorífico y luego, de un día
para el otro, dejamos que cuaje dentro de la nevera, eso sí, sin
mucho frío, para que no llegue a abrir y lo tapamos con papel film,
con pequeños agujeros, para que pueda respirar y no le caiga nada
encima. Vamos a acompañarla con unos trocitos de cobertura de
chocolate fundidos y vueltos. Vamos a solidificar con maneras
diferentes sobre un papel de horno, para que sea mucho más fácil el
momento de despegar y disfrutar de la tarta. Por otro lado, podemos
cuajarlos de la misma forma que hemos señalado, pero en vasos o
recipientes individuales de cristal, para que se vean las tres capas
de chocolates y quede mucho más vistoso.
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