Una
vez ya hayamos realizado la estirilización, vamos a llenar los
susodichos botes con la mermelada. Eso sí, se recomienda ir
rellenando los botes con la mermelada, que no debe estar muy caliente
o templada. Y, también, debemos hacerlo poco a poco, para poder
evitar que se vayan formando distintas bolsas de aire y que el
cristal pueda acabar estallando. Debemos llenar los tarros, hasta que
la mermelada llegue, justo, hasta el borde de los mismos y limpiarlo
bien, para que las tapas puedan ajustarse, de una manera adecuada.
Una vez que hayamos llenado los tarros, se van a cerrar las tapas
esterilizadas, en caliente, poniendo, eso si, antes sobre la
mermelada, un círculo de papel de honro, que va a estar empapado, en
un alcohol parecido al aguardiente, para poder impermeabilizar dicha
superficie. Cuando hayamos cerrado los botes, de forma hermética,
vamos a esterilizar de nuevo, todo, en una cazuela, con agua
hirviendo. El agua debe cubrir 2 centímetros por encima de los
botes. El tiempo de esterilización es de unos 20 minutos, como
mínimo; y, como máximo, de 30 minutos. Lo siguiente que vamos a
hacer es dejar que los botes se enfríen, en la misma cazuela, que ya
no van a estar al fuego. Una vez se hayan enfriado, se deben de
etiquetar, poniendo la fecha del envasado y la clase de producto, que
tenemos delante. Para terminar, vamos a guardalo en un sitio fresco,
seco y que esté resguardado de la luz.
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