Este
solomillo se caracteriza por estar envuelto en una fina capa de
hojaldre y se cuece al horno. La receta, en origen, consiste en un
trozo de solomillo, dentro de una lámina de hojaldre que, al mismo
tiempo, va a lleva una capa de foie y un salteado de champiñones y
trufas con cebolleta. Para poder llevar cabo esta receta, se va a
dorar la superficie del solomillo, en una sartén, se va a
salpimentar y se reserva. Por otro lado, se hace un salteado, con la
ayuda de la cebolla, ajo y con champiñones, todo ello, eso sí,
cortado en un fino brunoise ( o sea, corte en cuadraditos, que sean
muy pequeños) y se va a dejar templar. Sobre una capa de hojaldre
muy fina, se va a colocar una capa de foie y parte del sofrito de
champiñones. Encima, se va a colocar el solomillo y se va a cubrir
la parte superior con más foie y con champiñones ( se debe dejar
que forme una capa de unos milmetros). Se va a envolver la carne, con
la capa fina de hojaldre y se va a cerrar, como si estuviéramos
haciendo un paquete. Se van a sellar los bordes y se va a pintar la
superficie con el huevo batido y, con cortes o con tiras de hojaldre,
se va a hacer la decoración en la superficie del solomillo. Los
vamos a introducir en el horno, precalentandolo a 200 ºC y se va a
cocinar durante unos 20 minutos. Una vez se haya asado, se va a
retirar del horno y lo vamos a dejar reposar, durante unos 10
minutos.
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