Y,
es que el punto de frescura es un elemento básico, ya que es el
primer secreto para lograr una buena ensaladilla, o sea, respetar su
temperatura de conservación, que debe ser, más o menos, de unos 6
ºC. Si le falta el frío, la preparación podría llegar a perder el
punto de frescura. De esta manera, se va a lograr evitar que la salsa
no se llegue a estropear y que los comensales estén bajo el riesgo
de sufrir gastroenteritis. Cuando pensamos en el plato, la imagen va
a ser muy concreta. Y, es que la ensaladilla rusa se caracteriza por
ser una preparación muy fresca, que va a estar presente en casi
todos los eventos, que van a tener lugar durante el verano: desde las
comidas con la familia, hasta la visita al chiringuito de la playa o
como tapa, para acompañar una cervecita, en una terraza, durante el
mediodía o por la tarde. Es cierto que las ensaladillas rusas
mantienen un patrón específico, si bien, algunas personas suelen
confundir la preparación de este plato, que va a estar formada por
una gran cantidad de ingredientes diferentes, que se van a combinar
con cierta gracia y que no van a crear una ensaladilla “con
mayúsculas”. Y, es que nos vamos a encontrar con tantas posibles
ensaladillas rusas, como ingredientes tengamos en la nevera.
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