jueves, 19 de abril de 2012

Pulpo a la gallega con patatas


Ingredientes (4 personas)
800 g de pulpo
150 g de patatas
100 ml de aceite de oliva
Pimentón dulce
Pimentón picante
Una pizca de sal
¿Cómo se hace? Primero, debemos ablandar el pulpo, antes de realizar la cocción. Esto se logra congelando el pulpo, dos días, para poder matar el nervio, lo que hace que la carne quede mucho más tierna. Si hemos decidido congelar el pulpo, un día antes de realizar la cocción, vamos a descongelar en el frigorífico sobre una fuente, para poder escurrir sus jugos. Ponemos la cazuela al fuego, con agua y cebolla. Cuando el agua rompa a hervir añadimos el pulpo. Después, se va a sujetar por la cabeza, lo metemos y sacamos de la cazuela, tres veces seguidas, antes de soltarlo, de forma definitiva –es lo que se conoce como “asustar el pulpo”. El tiempo de cocción va a depender del tamaño de la pieza –para un pulpo de dos kilos, hará falta unos 50 minutos-. Cuando se haya cocido, lo retiramos del fuego, tapamos la cazuela y dejamos que repose 15 minutos, para que no se caiga la piel. En la misma agua de cocer el pulpo, cocemos las patatas, que estarán peladas y cortadas, en trozos gruesos. Cuando estén tiernas, las vamos a sacar de la cazuela, las dejamos escurrir y las reservamos. En el momento de servir, con una tijera vamos a cortar el pulpo en trozos, que no sean muy gruesos, con unas tijeras, colocando las patatas y los trozos de pulpo en los típicos platos individuales, realizados en madera. A la hora de aliñar el pulpo, se emplea un chorro de aceite de oliva y vamos a espolvorear con pimentón dulce, pimentón picante y mucha sal gruesa. Ya está.
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Lograr salsas para pasta, mucho más ligeras (II)


Una manera de preparar la salsa, para que no engorde tanto, es impregnar la pasta, con duchas salsas y dejarla diez segundos sobre un colador, con una rejilla fina, para que se cuele todo el exceso de aceite. Así, tendremos un plato mucho más ligero. También, si no queremos renunciar a la combinación de la pasta, con los lácteos, como pueden ser las salsas de salteados de setas con un poquito de nata, podríamos sustituir la nata por una de bajo contenido en materia grasa o por una salsa bechamel suave, que hemos realizado con leche desnatada. Esta salsa de bechamel se realiza con una porción de 15 gramos de margarina y unos 15 de harina. Todo lo calentaremos en un cazo. Cuando inicie el borboteo, debemos agregar 500 ml de leche desnatada. Esta salsa es ideal para acompañar con unos tallarinis, salteados con salsa fungi (de setas). La panceta que se emplea en la salsa carbonara se puede sustituir por un poco de magro de cerdo, que habremos cortado muy fino y la nata, que se emplea en el caso de la bechamel, se puede sustituir por leche desnatada. Un toque de pimienta blanca va a darle un punto de sabor único a la salsa. Y, no debemos olvidarnos de las salsas de marico. No hay mejor combinación que unas almejas a la marinera o unos mejillones en salsa verde, acompañando a unos tagliatellos o unos espaguetis, todo acompañado de alcachofas cocidas y salteadas, o con unas tiras de vainas, que han sido cocinadas al vapor y terminadas en la salsa con el marisco.
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Lograr salsas para pasta, mucho más ligeras


Cuando hablamos de platos de pasta, siempre se comete el error de pensar en platos llenos de calorías, que engordan mucho y que causan digestiones pesadas. Aunque es cierto que poseen un alto valor energético, a causa de sus carbohidratos, esto no debería ser un problema, para poder consumir pasta, dos veces a la semana, como recomiendan los nutricionistas. Lo importante es saber que las preparaciones con un exceso de grasas saturadas, como puede ser un salteado de bacón, panceta o chorizo, provocan que las salsas estén más sabrosas, pero, también, van a provocar que tengamos una digestión mucho más pesada y con un gran número de calorías, en nuestro organismo. Para poder evitarlo, lo mejor es planificar nuestro menú, teniendo en cuenta si el plato de pasta va a ser plato único, primer plato o segundo… Si va a ser un plato único, podremos acompañar la pasta con un salteado de verduras, un poquito de aceite de oliva y salsa de tomate. Podremos poner de guarnición unos pequeños trozos de pechuga de pollo salteada o unos lomos de atún frescos o salmón. Todas estas salsas, si queremos, se pueden hacer más ligeras. Las dos salsas más tradicionales son, sin olvidarnos de la salsa de tomate, la salsa de ajo y aceite y la salsa pesto. Con muy poquita cantidad, podremos impregnar la pasta de un sabor y de un aroma únicos, sin añadir muchas calorías. Todo gracias a saber poner la adecuada cantidad de aceite, la cantidad apropiada de queso de oliva rallado, albahaca y piñones –si apostamos por el pesto- y un poquito de aceite de oliva virgen, que vamos a aromatizar con láminas de ajo, en la salsa de ajo y aceite.
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miércoles, 18 de abril de 2012

Ensalada de patatas y bacalao


Ingredientes necesarios para 4 personas:
400 g de bacalao desmigado
200 g de pimiento asado
1 dosis de ajo troceado
1 dosis de perejil troceado
500 g de patata
50 g de olivada (paté de olivas negras)
150 g de cebolla tierna
Aceite de oliva, sal y pimienta
¿Cómo se hace?
-Hay que dejar descongelar el bacalao, sobre una rejilla, para que los jugos, típicos de la descongelación, queden completamente aparte. Deja que se descongelen, también, los pimientos asados –si los has comprado congelado, ya que los puedes comprar de diversos tipos-.
-Se limpian y se hierven las patatas, con piel, en agua con sal y, una vez que estén cocidas, hay que dejar que enfríen, pelarlas y cortarlas, eso sí, en rodajas.
-Hay que dejar que se descongelen las dosis de ajo y perejil en aceite. Después, vamos a añadir al bacalao y lo mezclamos para que el pescado se impregne con el aceite aromatizado.
-Colocamos el pimiento pelado y lo cortamos en tiras, sobre las patatas y, a continuación, la cebolla pelada y bien picada. Después, colocamos el bacalao encima y, para terminar, salpimientamos la ensalda y decoramos con la olivada.
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sábado, 14 de abril de 2012

Como hacer postres, con pocas calorías (III)


La base de realizar postres, que tengan pocas calorías, es emplear fruta fresca como ingrediente base. La causa es su alta densidad de agua y su punto dulzón, además, tiene un importante contenido en azúcares, a causa de su maduración, lo que va a permitir hacer recetas más bajas en calorías, que tengan sabor dulce. Entre la gran cantidad de recetas, donde podremos emplear frutar tenemos compotas, como pueden ser las de manzanas o las de peras a la canela, las de fruta fresca, que están acompañadas con galletas maría o la de uvas moscatel, con agua de rosas. Por otro lado, como estamos aplicando calor, logramos que parte de los azucares naturales, que poseen las frutas, se caramelice, de manera que el resultado es un postre, que es más dulce, que si se compara con la fruta fresca. Este es el caso de las manzanas en rodajas, que son asadas a la canela. Se puede hacer que el relleno, de unos sabrosos crepes, sean más ligeros, si empleamos una mezcla de fruta fresca, cortada en trozos, y yogur. Un recurso que se suele emplear, en muchas ocasiones, es el de los postres dulces ligeros, como pueden ser los batidos de frutas solas o que se mezclan con yogur o leche. En estos casos, podremos emplear algunos ingredientes, como pueden ser:  batido de melocotón, manzana y limón, de fresa, de kiwi y manzana, papaya y naranja o, para terminar, el de albaricoque y naranja.
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viernes, 13 de abril de 2012

Como hacer postres, con pocas calorías (II)


También, podemos apostar por hacer pequeñas porciones, en vez de raciones muy grandes y contundentes. Otra idea es que los alimentos más calóricos no funcionen como base, sino como decoración, de un postre dulce, lo que nos va a ayudar a disfrutar de un postre y mejorar nuestra alimentación. Podremos disfrutar de nuestro postre, sin tener que contar las calorías. Recuerda que el mal hábito de tomar alimentos azucarados, o azucarar los alimentos, va a crear dependencia, ya que necesitaremos más cantidad, para poder lograr un sabor más dulce. Con el fin de poder disfrutar del placer que nos va a proporcionar comer algo, que nos guste, realmente, tenemos la posibilidad de volver al consumo de cereales, que sean integrales, frutos secos tostados, frutas secas, que han sido desecadas o lácteos sencillos, como pueden ser los yogures, o las bebidas vegetales -tipo avena o de arroz-. En el momento en que le tengamos que añadir el edulcorante, se debe apostar por endulzantes naturales, que no hayan sido refinados, como puede ser la miel, los siropes -como pueden ser el de agave o el de savia de arce; plantas que tengan un intenso sabor dulce, como pueden ser las hojas de la estevia o especies que posean la propiedad de poder potenciar el sabor dulce de los alimentos, a los que van a acompañar, como es el caso del clavo, el cardamomo o la canela.
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Como hacer postres, con pocas calorías


Podemos cocinar con deliciosas frutas, acentuar el dulce con la ayuda de especias o de esencias o presentar el postre, como si fuera pequeños bocados, de sabor dulzón. O sea, tenemos distintas maneras de poder disfrutar de los postres, sin tener que consumir muchas calorías. Pensar en un postre, casi de forma inevitable es pensar en las calorías que nos pueda aportar y en cómo hacer que su consumo, no nos provoque problemas en la dieta. Más allá del uso tradicional en la elaboración, de esta clase de recetas, de alimentos como son la mantequilla, el azúcar, el chocolate, la crema pastelera/mermelada... que van a producir que los postres se conviertan en bombas calóricas. Pero, podemos hacer unos manjares muy ricos, sin que tengan que superar las 100 calorías, por cada 100 gramos. Esto se puede lograr de diversas maneras, eso sí, si nos metemos en la cabeza la idea de que lo dulce no significa llevar azúcar y que sabroso no es sinónimo de grasiento. Y, es que es muy importante aprender a hacer dulces, que tengan pocas calorías; que tengan frutas frescas, como ingrediente principal y frutas desecadas, para poder acentuar el sabor dulce. Y, es que el placer de probar algo dulce y la salud, no va a ir reñido. Así, simplemente tendremos que cambiar la receta dulce, que está basada en masas rellenas o que están cubiertas de ingredientes, con muchas calorías, como pueden ser el chocolate, la crema o la nata, por ingredientes que son más suaves, como pueden ser las frutas, las frutas desecadas, los frutos secos o las especias, que van a realzar el sabor dulce de los ingredientes.
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Hacer cosas nuevas con el pescado (IV)


Por esta razón, si decidas preparar recetas con salsas ligeras, te encontrarás con la clave para poder realzar el sabor de tu plato. También, puedes jugar con la textura del plato, para hacer que la carne esté más jugosa y, al mismo tiempo, no repetir, todos los días, la misma manera de cocinarlo o de presentarlo. La clave de los platos más calórico, que tengas más cantidad de aceite o lleven frutos sexos, es añadirlos, únicamente, como si fueran un complemento. La cantidad más recomendable es la de una cucharada sopera, no más cantidad, por cada persona que esté sentada en la mesa, para que no se sature el paladar y el plato no termine siendo indigesto. Si decidimos apostar por la salsa romesco o el majado de frutos secos, vamos a tener en cuenta lo dicho anteriormente. Lo mismo sucede con la salsa provenzal, la salsa de tomate casera o la salsa española.
El mayor problema, que nos podemos encontrar, a la hora de consumir pescado, es ingerirlo crudo o que esté poco cocinado, a causa del parásito anisakis, que se inactiva con la congelación y con un tiempo de cocción suficiente, para poder evitar una infección. De todas maneras, recuerda que el pescado es muy rico en ácidos grasos omega 3, vitaminas A y D y proteínas de alta calidad.
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Hacer cosas nuevas con el pescado (III)


→ Hay mundo más allá de las sardinas rebozadas. Las sardinas son un tipo de pescado azul, que se caracteriza por su punto de grasa y su particular sabor. Es muy recomendable para recetas, donde tengamos que resaltar su sabor natural y que hagan que nuestras calorías se aligeren. Por ejemplo, podemos apostar por un escabeche de sardinas, que va a dar una resultado único, al igual que una original vinagreta de grabada y lima (que se puede sustituir, sin problemas, por naranja). Un majado realizado por ajo, pan rallado y perejil, nos va a dar una receta muy sabrosa y ligera. Si te han quedado sardinas, vas a poder comerlas, al día siguiente, acompañadas con una tortilla.
Ten en cuenta que, en el caso de que uno de tus comensales no sea un gran forofo del pescado, si lo cocinas a la plancha o al horno, se va a encontrar con un plato bastante soso. Por esta razón, debes jugar con las salsas y las guarniciones, que van a hacer que la presentación sea más espectacular y el sabor del plato se va a resaltar y lo va a convertir en un plato con mucho sabor, muy apetecible y jugoso. Para los pescados, una de las salsas más populares es la mayonesa o el alioli; pero, a causa de la gran cantidad de grasas y calorías, que estas añaden, hace pensar que no es una buena idea utilizarlas como un acompañamiento cotidiano.
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Hacer cosas nuevas con el pescado (II)


Ahora explicaremos algunas ideas que podríamos añadir a nuestro recetario particular, para disfrutar de nuevas formas de cocinar el pescado.
→ ¿Por qué no innovar con la merluza? Tenemos la típica guarnición de patata panadera, que va a acompañar a una merluza al horno, que podríamos alternar con otro tipo de acompañantes, que pueden ser igual o más sabrosos, como pueden ser unos champiñones o un pimiento verde, tomates asados o salsa de avellanas y almendras. Si lo que buscamos es una versión más ligera y sabrosa, entonces, lo mejor es apostar por un papillote con verduras. Podemos apostar por un relleno alternativo al tradicional, que está hecho de langostinos y gambas, como puede ser el de la cebolla y los champiñones.
→ Ricas recetas realizadas con bacalao. La salsa verde suele ir muy bien con un pescado, que tenga la carne suave y blanda, como puede ser el bacalao. Si el bacalao es fresco y se cocina de una manera, a la plancha, que va a acentuar, todavía más, el sabor a mar, que caracteriza a este pescado y podremos acompañarlo con unas sabrosas verduras asadas. Una receta que no va a necesitar mucho tiempo, ni mucho trabajo, es, por ejemplo, el bacalao con costra de especias.
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Hacer cosas nuevas con el pescado


Para que nos apetezca comer más pescado y podamos disfrutar de todos sus beneficios, no hay nada como apostar por recetas económicas, asequibles para todos los bolsillos, que sean de temporada, originales y muy sabrosas. En estos momentos, por ejemplo, nos encontramos con el verdel o la caballa, que están de temporada. Y, dentro de muy poco, lo estarán las anchoas. Se recomienda apostar por ellos, de manera frecuente, en nuestros menús semanales, para que lo note nuestro bolsillo y poder disfrutar de todo su sabor. A la hora de elegir una determinada receta, vas a tener que tener en cuenta cuales son las necesidades especiales de cada uno de los comensales, por ejemplo, si tienen algún problema de salud, por lo que vas a tener que adaptar los ingredientes de las mismas, o la manera de cocinarlas. El mérito, en la mayoría de los casos, está en la salsa de las recetas, que va a depender de distintos factores. Entre los más importantes, además de la habilidad de la mano del cocinero, tenemos la calidad de la materia prima, el uso de las especies y de los condimentos, de una manera adecuada y comedido, la adición de una cantidad justa de aceite y el tiempo de cocción, que empleemos para lograr un plato suculento.
En otro artículo, vamos a tratar las distintas maneras que podemos usar, para renovar, en la cocina, a la hora de preparar el pescado.
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Potajes de vigilia (III)


Después de todo lo que hemos dicho, vamos a tener que añadir el salteado de espinacas y bacalao, al delicioso potaje, para que se pueda cocinar, durante un período de dos o tres minutos. Ahora, estamos a punto de terminar de cocinar, sólo vamos a poner un punto de sal -si fuese necesario- y listo.
Si quieres que tu potaje sea más rico, en nutrientes, si quieres, le puedes añadir un huevo cocido, pelado y troceado, para que haga que el plato esté más enriquecido. Pero si, por otro lado, si queremos hacer una versión más contundente y, al mismo tiempo, que sea más tradicional, se deben hacer una especie de pelotas, con miga de pan, ajo frito y que esté machacado, azafrán tostado y un huevo crudo, para que le dé ligazón a toda la mezcla y vamos a amasarlo con el resto de ingredientes. Vamos a realizar unas bolitas de albóndigas, que se van a cocinar en el propio potaje, durante los últimos cinco minutos de cocción. Se va a servir una albóndiga por persona; además, vamos a añadir un trocito de bacalao y los garbanzos, acompañados con espinacas. Este cocido se sirve como plato único, gracias a las proteínas y a la alta cantidad de hidratos de carbono que nos ofrecen.
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Potajes de vigilia (II)


Una vez hayamos agregados los garbanzos, se va a aumentar la intensidad del fuego, eso sí, con la cazuela destapada y se va a esperar a que saquen la espuma que suele aparecer, cuando estamos cociendo los garbanzos. La retiramos con la ayuda de una espumadura y, cuando empiece a hervir y no quede nada de espuma, vamos a agregar las verduras, que se van a condimentar nuestro sabroso potaje, o sea, la cebolla, las zanahorias, los ajos, la calabaza, el puerro y un chorrito de aceite de oliva, no te olvides. Si queremos, podemos cocer los garbanzos, dentro de una red, que ya es especial para poder cocer estas legumbres. Con dicha red, lo que vamos a lograr es una cocción 100% homogénea y los garbanzos no se van a despellejar. Una vez que estén tiernos y cocidos, podremos sacar todos a la vez y los vamos a triturar con la ayuda de un pasapurés. Tras unas dos horas de cocción y tras comprobar que los garbanzos están bien cocidos, se van a triturar las verduras, que van a servir de acompañantes, de nuestro cocido.
Para llevar a cabo la guarnición, de nuestro potaje, se van a agregar unos 50 gramos, por cada persona que vaya a comer, de espinacas limpias y 50 gramos de bacalao desalado, que no tenga ni espinas ni piel. Todo esto, irá salteado con un poco de ajo y cebolla cortada, en forma brunoise, en una sartén.
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Potajes de vigilia


Los garbanzos son el elemento básico de los potajes de vigilia, una receta que es considera, desde antiguo, por su gran valor nutricional y por que, en un único plato, nos encontramos con muchos elementos muy importantes para nuestra salud. En Semana Santa, se une la tradición con sus recomendaciones culinarias, como puede ser no comer carne, durante el viernes de Cuaresma. Todo esto va a contrastar con el hecho de consumir potajes, que son muy sustanciosos, para poder llevar a cabo largas y duras jornadas de trabajo. Esto ha llevado, hasta nuestros días, a que podamos disfrutar de sabrosos cocidos de garbanzos, bacalao, espinacas y una bola, que se parece a una albóndiga, que está formada por huevos, ajo frito, azafrán y pan, lo que hace que, con un sólo plato, nos encontremos con todo lo que nos podríamos encontrar en un menú.
Como hemos dicho, la base de estos platos son los garbanzos, que debemos poner en remojo, en agua templada, con un buen puñado de sal, al menos, 12 horas antes de realizar el plato. Una vez se hayan rehidratado, se deben sacar del agua, se deslavan con agua templada y se comienzan a cocer en una cazuela, que debe ser alta y amplia, con agua templada, que no debe haber hervido.
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Batido de pepino con rábanos


Es una bebida, que nos dará muchos nutrientes. Es bastante económica y no muy complicada de realizar. En tan sólo cinco minutos, la tendremos hecha:
¿Qué vamos a necesitar?
- ½ pepino 
- 15 rábanos (algunos más para la decoración) 
- 500 g de queso blanco (tipo Fjord®) 
- 6 cubitos de hielo 

Para la decoración: 
- 8 briznas de cebolleta 
¿Cómo se hace? Vamos a pelar el pepino y lo cortaremos en dos. Vamos a retirar las pepitas y cortaremos el pepino en trozos. Lavamos 15 rábanos y lo cortamos en rodajas. Vamos a batir las verduras con el queso blanco y el hielo, hasta conseguir una mouse. Lo distribuimos en vasos y servimos los batidos, que estarán decorados con los rábanos que nos quedan y con la cebolleta picada.
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jueves, 12 de abril de 2012

Variación de verduras en crudo


Este plato es ideal para hacer un plato para picar, que sea bajo en calorías. Es muy fácil de hacer y se recomienda para las personas que siguen una dieta vegetariana. Además, es económico.
¿Qué vamos a necesitar para seis personas?
2 zanahorias 
15 rábanos 
200 g de tomates cherry 
1/2 coliflor 
1 ramillete de cebolleta 
500 g de queso blanco 
sal y pimienta
¿Cómo se hace? En un recipiente vamos a verte el queso fresco. Después, vamos a añadir la cebolleta cortada con la ayuda de unas tijeras. Sazonamos con pimienta y sal. Lo dejamos reposar durante una hora en la nevera. Pelamos las zanahorias y las cortamos en cuadritos. A continuación, lavamos y cortamos en trocitos, tanto los rábanos, la coliflor y los tomates. Después, lo servimos durante el aperitivo: las verduras se mojan en la salsa.
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jueves, 5 de abril de 2012

¿Cómo se hace la mayonesa?


Para hacer cualquier tipo de mayonesa, vamos a seguir una serie de pasos:
-Los ingredientes van a tener que estar a la misma temperatura, para que la mayonesa no se corte.
-Se va a agregar un huevo, 40 gramos del puré o del zumo que nos guste, 150 gramos de aceite de oliva y girasol (que van a estar mezclados), una pizquita de sal y unas gotitas de vinagre o de limón. Lo vamos a mezclar, todo, con la ayuda de la batidora eléctrica, con movimientos que van de arriba hacia abajo, y, claro, viceversa, para que entre aire y se pueda formar la emulsión.
-La guardamos en la nevera, hasta el momento de su consumo.
A la hora de llevar a cabo la mayonesa, debes tener cuidado con una serie de cosas, para que no se produzca una intoxicación: procura que no caiga nada de la cáscara de huevo en la mezcla. Debes desechar los huevos, que estén sucios por fuera; elabora sólo la cantidad que vas a usar, de manera inmediata y, en caso de que tengas que guardarlo, debes hacerlo en un recipiente, que esté bien tapado y en la nevera. Si no la usas, durante el mismo día, es mejor que la tires.
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miércoles, 4 de abril de 2012

Como lograr mayonesa con menos grasa (II)


Otras ideas, para lograr unas mayonesas, con menos grasa, son los hongos salteados y los triturados, que se van a unir al huevo y, con una pequeña cantidad de aceite, que va a poder ser de girasol o de oliva, van a dar una mayonesa muy rica. Otra opción, que es muy recomendable, es usar marisco para poder crear mayonesas de ostras, de nécora, mejillones o de carne de erizo de mar, eso sí, todo triturado con sus jugos, de forma que se pueda lograr una crema con un fuerte sabor a mar.
Como ves, hay muchos tipos de mayonesa, además, vamos a poder realizar mayonesas, que van a ser más suaves y que van a engordar menos.
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martes, 3 de abril de 2012

Como lograr mayonesa con menos grasa


Hay que recordar que la mayonesa tradicional es la combinación de una emulsión del huevo, que es un elemento proteico y el aceite, que es el elemento graso. La unión, más una pizquita de sal, unas gotas de vinagre y el batido, provoca que la emulsión sea estable y podamos disfrutar de una sabrosa salsa. Pero, uno de los mayores problemas, que tiene la mayonesa es que posee un alto contenido en aceite, que puede ser de girasol o de oliva, lo que hace que no sea muy recomendable, para nuestro día a día. Pero, hay trucos para hacer que la mayonesa sea más ligera: por ejemplo, si sustituimos el huevo por leche, ya que con ello, vamos a conseguir una salsa, sin la grasa del huevo. Otra forma de hacerla es sustituir una parte del aceite por leche, caldo de pollo o caldo de verduras, al que le vamos a añadir el huevo batido. Si agregamos leche o caldo y un poquito de aceite, vamos a obtener una salsa mucho más ligera, ya que parte del aceite se ha sustituido por leche. También, en lugar de leche, podremos usar una crema de verduras, como pueden ser la de remolacha o de calabaza e ir añadiendo el huevo, poco a poco. Con un poco de aceite, vamos a crear mayonesas de distintos colores y sabores distintos. También, vamos a poder agregar un poquito de zumo de frutas y, si queremos darle un toque cítrico, podremos añadirle un poco de zumo de pomelo o de naranja. Si queremos un sabor refrescante, se añade zumo de piña.
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lunes, 2 de abril de 2012

Como cocinar el solomillo de cerdo (II)


La carne del solomillo de cerdo, gracias a su sabor y su textura, es ideal para las guarniciones saladas y con las dulces, es un contrapunto. A la hora de apostar por las salsas de acompañamiento, sin duda, las mejores son la clásica salsa de pimienta verde o una deliciosa salsa de queso, aunque, también, hay que señalar que tiene una carga calórica, que es bastante alta. Por esa razón, sería mejor que apuestes por alternativas, que sean más ligeras, como puede ser una salsa de vino dulce, tipo Pedro Ximenez, o una salsa de frutas, que tiene un toque de fresas frescas, que nos van aportar una frescura única, además de que va a ser mucho menos pesado, para la digestión.
Para hacer un solomillo, lo primero es brindarlo, o sea, vamos a atarlo y le daremos una forma cilíndrica, con la ayuda de un hilo, que se conoce como bramante. De esta manera, cuando estemos cocinándolo, este no va a perder su forma original. Se guisa por todas partes, de una forma uniforme para que, en el momento en el que lo vamos a servir, sea mucho más sencillo trocearlo y poder distribuirlo, entre los platos de los comensales. Una vez que lo hayamos brindado, lo vamos a salar un poquito y, si queremos, le daremos un toque de pimienta y lo asaremos en el horno precalentado, a la plancha o a la parrilla. Así, se va a cocinar y a dorar, por fuera; mientras, por dentro, se va a guisar lo justo. El fuego no debe estar muy alto, ya que podríamos cometer el error de dorarlo en exceso, por fuera, mientras que por dentro, va a seguir crudo. Si lo vas a hacer en el horno, al mejor temperatura es de 180 ºC. Cuando se haya asado, vamos a dejar que repose durante cinco minutos, lo vamos a trocear y lo servimos con la salsa o la guarnición, que hayamos elegido.
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Como cocinar el solomillo de cerdo


El solomillo es una pieza de gran valor, en la cocina, ya que posee un grado de dureza, que es menor que en el resto de los músculos de los animales. A la hora de cocinarlo, esta pieza va a poder guisado de una manera en que su sabor se va a realzar y se va a respetar la ternura, que caracteriza a esta carne. Recuerda que el solomillo se vende entero; pero, no es muy grande y cada pieza se puede destinar a dos o tres personas, según la cantidad de guarnición o de salsa, con que se va a acompañar. Nos encontramos con todo tipo de técnicas, para poder preparrlo, desde el asado al horno o a la parrilla, hasta salteado o, incluso, en ragú. Sea cual sea la técnica que prefiramos, debe quedar sonrosado, por dentro, si que se pierda la jugosidad, ya que esta carne, poco hecha, no es muy agradable, como sucede con la carne de vacuno. También, podremos usar distintos tipos de guarnición, como pueden ser unas patatas fritas o unos pimientos asados, un delicioso salteado de setas o unas verduras, como son los calabacines y las berenjenas asadas. Incluso, tenemos la cebolla caramelizada o los frutos secos, como son las moras, la frambuesas o las fresas. Incluso, podríamos combinar los distintos tipos de guarniciones.
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